sábado, 29 de septiembre de 2012

La Escuela Krishnamurti




¿Cuál es la educación Krishnamurti?
  
Por el Prof. P. Krishna

(Ex-Rector del Centro de Educación de Rajghat, Fundación Krishnamurti de la India, Varanasi 221001, India) 

Varias personas, tanto en India como en el extranjero, han expresado su interés por iniciar una “Escuela Krishnamurti” en su localidad. En vista de que Krishnaji no especificó ninguna técnica de educación particular, la pregunta surge: “¿Cuáles son los fundamentos de una Escuela Krishnamurti?” No es fácil contestar a esa pregunta y uno necesita indagar más profundamente sobre esto. A través de este artículo quiero compartir algunos pensamientos con aquellos que sientan el interés en la educación. 

Para mí, una escuela Krishnamurti representa un experimento sobre la correcta forma de vivir, sin que nadie le dicte a otro lo que significa eso y sin aceptar ninguna fórmula, ninguna prescripción, ninguna autoridad que deba seguirse sin cuestionamiento. Significa vivir correctamente, no sólo aceptar la pregunta de alguien más y tratar de practicarla o repetirla. A menos que aprendamos a vivir correctamente, no podemos enseñar a los niños a vivir correctamente; por tanto es nuestra primera y más alta responsabilidad averiguar lo que significa vivir correctamente. Uno puede aprender si empieza diciendo: “No lo sé pero voy a averiguarlo”. Entonces uno puede aprender junto con el estudiante –no meramente palabras fáciles como una manera de enseñar. Así que esa es la primera cosa–. No tener nuestra mente llena de conclusiones, de respuestas, de certezas y no apegarse dando importancia excesiva a nuestra propia opinión, a nuestro punto de vista. Para dudar, hay que cuestionar y estar dispuestos a aprender todo el tiempo; nunca estar tan seguros de ni siquiera poder escuchar a otro o considerar un punto de vista diferente. Eso es estar receptivo y no sólo tolerante. 

Nuestra vida tiene cuatro aspectos muy amplios – el físico, el intelectual, el emocional y el espiritual. La correcta forma de vivir demanda la excelencia en todos los aspectos, y un desarrollo saludable de todos ellos. Debemos por tanto crear un ambiente en la escuela que haga posible esto para el niño sin poner énfasis de más en un sólo aspecto. Porque tal educación pretende cubrir todos los aspectos de la vida y no solamente el intelectual, es deseable tener una escuela residencial, en el cual los maestros y los estudiantes vivan y trabajen juntos y tengan una interacción más amplia entre ellos.....



Una escuela Krishnamurti presenta este reto ante nosotros: ¿Podemos vivir en un orden natural, sin miedo, sin compulsión? Eso es el vivir correctamente. ¿Podemos cooperar entre nosotros sin buscar una ventaja personal, sin requerir el acuerdo de opinión y sin formar grupos? ¿Podemos ser amigos sin buscar la lisonja o adulación o la crítica temerosa? ¿Podemos ofrecer lo mejor de nosotros en un juego y estar igualmente felices si nuestro amigo gana? ¿Podemos vivir sin comparación, sin sentimiento de superioridad o inferioridad con respecto de alguien más? ¿Podemos amarnos unos a otros sin depender psicológicamente de unos y otros, utilizando unos y otros? ¿Podemos vivir sin ilusiones, sin mediaciones y accesorios, viendo los hechos como son y haciendo lo correcto sin miedo o favor? 

Ese es el reto que una escuela Krishnamurti nos plantea. Si no podemos vivir así dentro de una pequeña comunidad protegida llamada escuela, ¿cómo podemos esperar que nuestros estudiantes vivan de esa manera en el mundo exterior? ¿Y si no los educamos para vivir de ese modo, entonces qué valor tiene la educación? ¿Acaso queremos darle el significado de educación solamente a cultivar habilidades, usarlas en el mundo exterior para ganar las máximas ventajas materiales, aceptar toda la codicia, violencia y corrupción de la sociedad y contribuir con ella? ¿Es eso toda la educación? Esa es la pregunta que debemos hacernos todos, tanto individualmente como también colectivamente. 

El mayor reto no es el niño, para crear una escuela Krishnamurti, ni las técnicas, ni la sociedad, ni el sistema educacional. Es la falta de entendimiento de nuestros pequeños egos, nuestros propios egos. En este aspecto no somos muy diferentes de los niños, y si uno observa cuidadosamente, encontraría que sus problemas son realmente nuestros problemas. A menos que nosotros los maestros, estemos agudamente conscientes de este hecho, no podremos crear una escuela Krishnamurti, no importa  cuánto pudiéramos luchar con los problemas de disciplina, técnicas educativas, logros, financiamientos y eficiencia. 
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