SOBRE FÍSICA CUÁNTICA, CONSCIENCIA Y REALIDAD
"Quizá nuestro cerebro sea un ordenador
cuántico"
Entrevista de
Víctor M. Amela a Sonia Fernández-Vidal, física cuántica,
en La Contra, de La Vanguardia, 02/05/2011
Fernández-Vidal ha trabajado en el acelerador de partículas del CERN,
artefacto que hace aflorar las primeras partículas del universo. También ha
trabajado en Los Álamos en experimentos para desentrañar la esencia de la
materia... “De allí salió la bomba atómica: reflexioné sobre la responsabilidad
del científico...”, comenta. Sus investigaciones son teóricas, pero ayudarán a
intuir cómo funciona el cosmos, hecho en un 5% de materia... “y el resto, de
energía y materia oscuras”. Hablar hoy con un científico puntero es como tratar
con un mago delirante. Para digerir esos arcanos, Fernández-Vidal publica el
ameno relato La puerta de los tres cerrojos (Narrativa Singular, en
catalán en La Galera).
¿De qué está hecho todo?
De quarks y electrones.
¿Todo?
Todo.
¿Y de dónde vienen?
Del big bang.
¿Y dónde estaban antes?
No hay antes: tiempo y espacio comienzan ahí.
Cuesta pensarlo.
Podemos teorizar una sístole-diástole de universos, o constantes big
bangs en múltiples dimensiones...
¿Qué es un quark? ¿Y un electrón?
Las partículas más elementales de la materia: el núcleo del átomo está
hecho de protones, y los protones están hechos de quarks.
¿Y los quarks?
Son partículas vibrantes. Las hay de diversos tipos, algunas muy raras,
siendo dos las más comunes: Up y Down.
¿Y los electrones? Partículas que son corpúsculo y onda: orbitan
en torno al núcleo. Si el núcleo del átomo fuese una canica en el centro de un
estadio de fútbol, ¡el electrón sería la cabeza de un alfiler orbitando por las
gradas!
¡Buf, qué distancias!
Sí, el átomo es casi vacío. La materia es una suerte de vacío, una
tensión energética.
Así, la materia es casi una ilusión...
Y las propiedades de las partículas subatómicas desafían la lógica de la
física clásica.
¿Qué propiedades son esas?
Una partícula está aquí y allí ¡a la vez! Todas están… en todas partes a
la vez. Entrelazadas con todas. Y una partícula se teleporta: su estructura
puede pasar instantáneamente a otra. Como estar vivo y muerto a la vez.
¿Perdón?
Las partículas elementales ignoran el espacio- tiempo.
Es un desafío para la lógica racional...
Pero nuestro cerebro puede pensar también con lógica cuántica: la
fantasía, la imaginación, la intuición, los sueños, la magia... ¡son también
funciones neuronales nuestras!
¿La física cuántica explicará un día fenómenos extrasensoriales, la
telepatía...?
Inspirará vías de comprensión, propondrá algunas explicaciones desde
otra lógica no mecanicista. Entretanto, la ciencia ya estudia la neurología de
las emociones, cómo se transmite la información cerebral...
¿Y?
Los microtúbulos neuronales y su entramado en malla pueden ser
mecanismos cuánticos en nuestro cerebro. ¡Tu cerebro, máquina cuántica! Quizá
llevemos sobre los hombros un ordenador cuántico sin saberlo.
¿Estamos ante un salto científico?
Ante un cambio de paradigma. La física clásica escrutaba la realidad
como si fuera algo externo y objetivo, buscándole una explicación mecanicista y
determinista...
¿Cómo ve la realidad la física cuántica?
¡Como un continuo del que nuestra conciencia no está separada! Así, en
el momento en que te pones a observar esa realidad subatómica… ¡la estás ya
modificando!
¿Cómo es eso?
La conciencia del observador interfiere en el comportamiento de las
partículas elementales, que reaccionan a la observación. Así, si esperas que
una partícula subatómica se comporte como onda, ¡lo hace! Y si esperas que lo
haga como corpúsculo, ¡lo hace!
¿Conclusión?
Que la ciencia no puede ya afirmar: “La realidad es tal verdad
objetiva”. Hoy debe decir: “La realidad no es tal verdad fija y objetivable, es
voluble y cambiante al observarla”.
Pero sólo a escala subatómica, no a escala macroscópica...
Por eso, un gran desafío de la ciencia actual consiste en conectar ambos
ámbitos de la física, unificarlos.
¿Con qué implicaciones?
Habrá que aceptar que la lógica racional no va a poder explicarlo todo.
Habrá que aceptar la maravilla de la contradicción... que responde a otra
lógica.
¿Cuándo nació la física cuántica?
Hace ya un siglo, con Einstein, y luego Planck, Böhr, Schrödinger y su gato...
¿A qué gato se refiere?
Planteó un experimento especulativo: metes un gato vivo en una caja
opaca con dos agujeritos, a los que lanzas un electrón. Si pasa por el de la
derecha, libera un veneno y el gato muere. Si pasa por el de la izquierda, no hay
nada y el gato vive. ¿Y qué hace el electrón? ¡Pues pasa por los dos a la vez!
Así, ese gato... ¡está vivo y muerto a la vez!
¿Y de qué sirve todo esto?
Está empezando a aplicarse como técnica de encriptación. En cuanto
intentes descifrar un código, este se modificará: ¡será imposible de
desencriptar!
¿Podría la física cuántica, por ejemplo, explicar la virtualidad de
la homeopatía?
Sugerirá, al menos, caminos nuevos que explorar.
Ser científica y física cuántica, ¿afecta a su manera cotidiana de ser?
Sí, en tres aspectos: uno, me induce a pensar de modo más creativo,
lateral; dos, me impulsa a actuar sin victimizarme, a construir mi realidad; y
tres, me ayuda a sentir que estamos todos entrelazados.
¿Comprenderemos mejor el funcionamiento del universo con todo esto?
Es lo que anhelan los artistas, los místicos y los científicos:
anhelamos lo mismo... Y cada día nos parecemos más.
¿Demostrará la física cuántica la existencia de Dios?
Defíname Dios y entonces hablamos.
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