Inteligencia emocional y coeficiente intelectual. El coeficiente intelectual ha sido, a lo largo de siglos, el único guía para medir el éxito profesional y social de una persona en la vida. Pero, desde hace ya unas décadas, este hecho se ha puesto en duda, con las nuevas investigaciones en la psicología y la neurociencia, y en especial desde la publicación del libro “Inteligencia emocional”, del psicólogo Daniel Goleman. Este psicólogo habla de la diferencia entre el coeficiente intelectual y la inteligencia emocional, y dice: “Este es el gran secreto. El coeficiente intelectual predice tan solo del diez al veinte por ciento del éxito profesional en la vida, no tiene que ver con lo bien que nos vaya en el resto de la vida; es irrelevante para la mayoría de las circunstancias de la vida. Lo que marca la diferencia es la inteligencia emocional. A diferencia del coeficiente intelectual, que es estable en la vida, la inteligencia emocional no es fija en ningún momento, continúa mejorando a lo largo de la vida. Con ella aprendemos a manejarnos un poco mejor, a alcanzar la madurez”.
Según las investigaciones de este psicólogo, al analizar las habilidades para toda clase de trabajo, la inteligencia emocional cuenta dos veces más que el coeficiente intelectual, y en los niveles superiores de liderazgo, la inteligencia emocional -dice- aparece en un ochenta y cinco por ciento de las características que marcan la diferencia entre los líderes y los mediocres.
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