A. N. WHITEHEAD
(Ramsgate, Inglaterra,
1861 - Cambridge, Massachusetts, 1947). Filósofo y matemático inglés. Fue profesor en la University
College de Londres, en el Imperial College of Science and Technology de
Kensington y en el Trinity College de Cambridge. Desempeñó también importantes
cargos administrativos y pedagógicos, cuya experiencia recogió en la obra Los fines de la educación y
otros ensayos (1924).
Alfred North Whitehead, educador y pedagogo
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Su mente lúcida, rica y
disciplinada por severos principios aunada con una actitud crítica, mostró
interés por grandes problemas humanos, como el de la educación. En su obra Los fines de la educación y otros ensayos,
reúne siete trabajos sobre aspectos teóricos y prácticos de la educación y tres
de materia científica especial.
En sus concepciones educativas manifiesta la idea fundamental de que los estudiantes son seres vivientes, de una activa plasticidad que debe ser estimulada y orientada en el curso de su autodesenvolvimiento. También los educadores lo son, y ambos conceptos convierten el pensamiento educativo del filósofo inglés en una enérgica reacción con las ideas muertas y la educación estática.
Atribuye grandes estragos a las ideas inertes en la evolución de la humanidad, y contra el estancamiento mental que provocan, el sistema de educación debe precaverse mediante la tenaz aplicación de dos principios: “No enseñar demasiadas materias” y “Lo que se enseña, enseñarlo a fondo”. Whitehead tiende hacia una educación vital que se proponga incorporar al espíritu en formación, pocas e importantes ideas, susceptibles de ser combinadas y aplicadas a las situaciones de la vida real.
Sostiene que nadie puede creerse dotado de un genio especial para la enseñanza si sólo posee conocimiento de alguna rama de la ciencia o de la literatura, cuando Whitehead expone ideas educativas, junto a un espíritu teórico deja traslucir una rica experiencia.
Para Whitehead el fin de la educación no es introducir en la mente cierta cantidad de conocimientos inertes, sino desenvolver y utilizar a la misma en cuanto ella “es actividad perpetua, delicada, receptora, que responde a estímulos”.
La reforma de los programas educativos debe mirar, más que al conocimiento en sí, a los atributos humanos que se propone despertar y desenvolver.
Whitehead afirma que se presenta un decaimiento de los ideales educativos, pues en las escuelas de la antigüedad los filósofos aspiraban a impartir sabiduría, en cambio en los modernos colegios nuestro propósito es más humilde: enseñar materias; un tránsito de lo vivo a lo inerte. Con palabras sencillas dice al respecto: “La educación debe despedir al alumno con algo que sabe bien y algo que puede hacer bien”, lo que equivale a asegurar la unidad entre la teoría y la práctica, el conocimiento y la aplicación.
En sus concepciones educativas manifiesta la idea fundamental de que los estudiantes son seres vivientes, de una activa plasticidad que debe ser estimulada y orientada en el curso de su autodesenvolvimiento. También los educadores lo son, y ambos conceptos convierten el pensamiento educativo del filósofo inglés en una enérgica reacción con las ideas muertas y la educación estática.
Atribuye grandes estragos a las ideas inertes en la evolución de la humanidad, y contra el estancamiento mental que provocan, el sistema de educación debe precaverse mediante la tenaz aplicación de dos principios: “No enseñar demasiadas materias” y “Lo que se enseña, enseñarlo a fondo”. Whitehead tiende hacia una educación vital que se proponga incorporar al espíritu en formación, pocas e importantes ideas, susceptibles de ser combinadas y aplicadas a las situaciones de la vida real.
Sostiene que nadie puede creerse dotado de un genio especial para la enseñanza si sólo posee conocimiento de alguna rama de la ciencia o de la literatura, cuando Whitehead expone ideas educativas, junto a un espíritu teórico deja traslucir una rica experiencia.
Para Whitehead el fin de la educación no es introducir en la mente cierta cantidad de conocimientos inertes, sino desenvolver y utilizar a la misma en cuanto ella “es actividad perpetua, delicada, receptora, que responde a estímulos”.
La reforma de los programas educativos debe mirar, más que al conocimiento en sí, a los atributos humanos que se propone despertar y desenvolver.
Whitehead afirma que se presenta un decaimiento de los ideales educativos, pues en las escuelas de la antigüedad los filósofos aspiraban a impartir sabiduría, en cambio en los modernos colegios nuestro propósito es más humilde: enseñar materias; un tránsito de lo vivo a lo inerte. Con palabras sencillas dice al respecto: “La educación debe despedir al alumno con algo que sabe bien y algo que puede hacer bien”, lo que equivale a asegurar la unidad entre la teoría y la práctica, el conocimiento y la aplicación.
(Véase artículo completo)
Los fines de la educación.
Educar para la sabiduría: propuesta de Alfred
North Withehead
Introducción
Consideramos que la tesis de
Alfred North Whitehead (1861-1947) sobre los fines de la educación (educar para
la sabiduría) es
pertinente y relevante en nuestros días. Sin embargo, regularmente
se piensa que si un artículo o investigación pueden ser interesantes deben
referirse a los grandes “estudiosos o corrientes en moda”, nos empeñamos en
suscribir ideas de filósofos de renombre o analizar temáticas desde las
perspectivas predominantes y es un infortunio acercarnos a las reflexiones
educativas sólo por los nombres o porque están en boga y no por los argumentos.
Esta es una de las razones por las que nos permitimos escribir el presente
artículo y, en cierta forma, compensar esa limitación en nuestro estudio.
El objetivo de este artículo es presentar las ideas
más destacadas del filósofo y científico inglés en su obra Los fines de la Educación (1929) precisando tres aspectos:
1. Los ideales educativos,
2. El proceso educativo y
3. La misión de la
universidad.
(Véase
artículo completo)
Igualmente es interesante el artículo
LOS FINES DE LA EDUCACIÓN. EDUCAR PARA
LA SABIDURÍA: PROPUESTA DE ALFRED NORTH WHITEHEAD
Flor Alejandrina
Hernández Carballido
florhernandez@psi.net.mx
Licenciada y Maestra
en Filosofia. UNAM
Profesora de la ENP (5) y de la
UAM Iztapalap
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