martes, 20 de noviembre de 2012

Russell y Whitehead, filósofos de la educación


Russell y Whitehead


Ambos fueron grandes científicos, matemáticos y filósofos de la educación. Whitehead escribió, junto a Bertrand Russell, el famosísimo Principia Mathematica, uno de los libros de filosofía matemática más importantes de toda la historia. Pero aquí nos interesa resaltar su Principia Educativa, pues ambos son considerados filósofos de la Educación.

RUSSELL Y WHITEHEAD: PRINCIPIA EDUCATIVA
Alejandro Herrera Ibáñez
Instituto de Investigaciones Filosóficas
Universidad Nacional Autónoma de México


Después de la publicación de Principia Mathematica, escrita entre 1910 y 1913, Whitehead y Russell se van por caminos divergentes. Mientras el primero se embarca en un proyecto filosófico de carácter especulativo -y, por consiguiente, poco popular en esa época en el mundo filosófico anglosajón-, el segundo se erige como una de las mayores figuras de la filosofía analítica contemporánea, aunque no pueda catalogarse estrictamente como filósofo analítico. Es posible, sin embargo, encontrar algunos puntos de coincidencia entre ambos en sus reflexiones sobre educación. Aproximadamente por los mismos años -en 1926 y 1929- cada uno publica una serie de ensayos, en forma de libro, que ofrecen estimulantes ideas poco conocidas entre pedagogos. Dichas ideas -basadas más en intuiciones y experiencias propias que en trabajo experimental o estadístico- giran en torno a la educación en general, desde la niñez hasta la etapa universitaria. En cuanto a esta última, cada uno manifiesta su concepción de la universidad y de la enseñanza universitaria y ofrecen reflexiones que me parecen de gran actualidad.

Aquí me propongo reunir algunas de las ideas fundamentales que pudieron servir de punto de partida para lo que podría haber sido su segundo trabajo filosófico conjunto y añadiré algunas reflexiones personales. Me concentraré, además, en su concepción de la educación en general…

Russell piensa que la educación es de dos tipos: educación del carácter y educación de la inteligencia. Esta última se llama propiamente "instrucción" (p. 11). Tal división corresponde a la distinción -a mi parecer, más nítida- entre educación y enseñanza. Mientras que esta última corresponde a la instrucción o adiestramiento intelectual, la primera corresponde a la educación propiamente dicha, que para Whitehead consiste en una formación de segundo nivel. En efecto, para él, la educación consiste en "la adquisición del arte de la utilización del conocimiento" (p. 16). En este sentido, se trata también de una enseñanza, pero de un orden superior que presupone la adquisición de conocimientos previos. Mientras que la enseñanza puede ser teórica o práctica, la educación tiene siempre un carácter práctico, puesto que se trata de llegar a un saber cómo, más que a un saber que... De manera que podemos afirmar que mientras para Russell la enseñanza proporciona instrucción, para Whitehead la educación proporciona sabiduría (p. 41).

Esta sabiduría se logra, para Russell, mediante la formación del carácter, y para formar éste hay que inculcar en el educando, según él, cuatro características universalmente deseables, que son: la vitalidad, el valor, la sensibilidad y la inteligencia (pp. 43-44). Es por la vitalidad que sentimos placer por la vida e interés por todas las cosas, especialmente por el mundo exterior. Gracias a ella rompemos nuestro aislamiento saliendo de nosotros mismos. Su base es fisiológica. En cuanto al valor, Russell piensa en el que nos lleva a controlar miedos irracionales. Según él, el miedo ha sido causa de atraso y desgracias para la humanidad, y piensa que es de gran importancia formar generaciones que carezcan de él. La sensibilidad es también de gran importancia, pues consiste en la capacidad de vernos afectados por cosas buenas y -aunque Russell no lo dice- supongo que también por cosas malas. Supongo también que la afectación producida tiene siempre algún efecto positivo, es decir, constructivo, en nuestra conducta, si es que ha de ser una característica acorde con la primera, es decir, con la vitalidad, que refleja el optimismo russelliano. Esta sensibilidad puede ser estética o cognoscitiva, y en este último caso consiste en la posesión del hábito de observación. Éste se encuentra, naturalmente, muy conectado con la cuarta característica, la inteligencia. Para Russell, ésta consiste en la aptitud para adquirir conocimientos y resultará fundamental en el periodo de la formación universitaria. Para él, el cultivo de la inteligencia encuentra su fundamento en la curiosidad, entendida ésta como un "genuino afán de conocimiento". Cuando la curiosidad muere, la actividad de la inteligencia cesa.

Si bien el enfoque de Russell es más intelectualista, no es difícil ver que las características enumeradas son compatibles con la concepción whiteheadiana de la educación. Es por medio de la inteligencia, la sensibilidad, el valor y la vitalidad que podremos hacer un mejor uso de nuestros conocimientos. El enfoque de Whitehead, sin embargo, pone más énfasis en aspectos no estrictamente intelectualistas. Para él, el arte de utilizar bien nuestros conocimientos se traduce en la posesión de un sentido de los valores que nos lleva a la comprensión del arte de la vida, es decir, "de una actividad variada que expresa las potencialidades del individuo frente a su entorno" (p. 50). Puede afirmarse con seguridad que, en cualquier caso, tanto Russell como Whitehead ven en la educación algo más que la impartición de conocimientos. Para Whitehead se trata de inculcar un arte de vivir y un sentido de valores. Para Russell, de formar un carácter que en última instancia convergerá con las metas del primero.


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