jueves, 5 de enero de 2017

Energía y vibración



El ser humano no es una simple figura de carne y hueso que subsiste en un mundo sólido, predeterminado e inmutable regido únicamente por la materia.
La mecánica cuántica, es decir, la ciencia que estudia el microcosmos subatómico ha revelado que el tiempo y el espacio no existen objetivamente como creemos, por el contrario estos conceptos son ilusiones de percepción creadas por la mente humana.
Si nuestro cuerpo físico, junto con el mundo material, ocupan un punto especifico en la línea espacio-tiempo, significa que toda la materia (incluyéndonos) no es tan real como parece.

A nivel subatómico la realidad física está constituida, en un 99,99 % de vacío, es decir que el mundo exterior percibido por los cinco sentidos es más una ilusión óptica que algo concreto. De acuerdo con la mecánica cuántica, los objetos en sí no existen, solamente un super campo de energía manifestándose en infinitas posibilidades.
Todo lo que existe es, en esencia, pura energía, desde una planta, una roca, un sol, hasta las emociones y pensamientos humanos. El cosmos es en sí un mar indefinido de energía que adopta múltiples formas de acuerdo al modo en que fluye.

Tomemos como ejemplo el agua: puede mostrarse como hielo, lluvia o vapor, sin embargo, en esencia, sigue siendo agua.
El observador y lo observado no están separados son de hecho una misma cosa; todos estamos conectados a través de una red invisible de energía conocida por la ciencia cuántica como campo unificado.
Esta energía que impregna cada cosa existente en el cosmos, no es como la que comúnmente describe la ciencia, es de hecho una supra-energía metafísica de carácter espiritual.
Dicha esencia creadora llamada "Tao", en medio oriente, es el principio que organiza el universo a través de la relación  existente entre vibración y materia.
Mientras que la vibración es la fuerza creadora masculina o "yang", la materia es la fuerza receptora femenina o "ying"; estos dos principios se mezclan para dar vida al universo entero.

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