jueves, 5 de abril de 2012

Mi profesión de fe en las Naciones Unidas

                 MI PROFESIÓN DE FE EN LAS NACIONES UNIDAS

                             (por el Dr. Robert Muller, ex-secretario general adjunto de N.U.,
                      ex-secretario del Consejo Económico y Social de N.U. y
                    presidente honorario de la Asamblea Global de los Pueblos)


  Las Naciones Unidas son el paradigma del próximo milenio



                Se me pregunta a menudo por qué las Naciones Unidas ocupan una parte tan importante en mis escritos. Hay dos razones. La primera es que las N.U. me han ayudado enormemente a ampliar mi conciencia del mundo externo. Han jugado -en mi comprensión del planeta Tierra- el mismo papel que el pensamiento, la plegaria y la meditación han jugado en la comprensión de mi mundo interno.

La segunda razón es que no puede haber duda de que la condición principal para la felicidad en el mundo es la paz, pues sólo en ella podremos ser dichosos y descubrir las mejores condiciones para el desarrollo de la civilización. Una Organización de las Naciones Unidas más fuerte y apoyada activamente ayudará mucho a la obtención de la paz, a la realización humana y a una justa comprensión planetaria de nuestro destino. Los sufrimientos y la destrucción que presencié de joven, podrían haber sido evitados si la gente hubiera trabajado más duramente por una Liga de Naciones fuerte y universal. Entonces no habrían tenido lugar aventuras como las de Hitler y Mussolini.

He visto a las Naciones Unidas crecer y transformarse desde que empecé en su seno hace ya treinta años. Me han enseñado más que ninguna escuela o universidad en este planeta, y particularmente a tener confianza en la capacidad de la humanidad para organizarse a favor de la paz, la justicia y la felicidad en nuestro pequeño planeta. Politicamente apenas estamos emergiendo de las cavernas. Sin embargo, a pesar de las frustraciones y las trampas que he conocido después de tantos años de servicio al mundo, tengo hoy más entusiasmo que nunca en las N.U. Espero poder comunicar a la gente un poco de este entusiasmo, ya que nada es más importante para el futuro del mundo que la comprensión y el apoyo del público a la primera y única organización mundial que la humanidad ha tenido y que probablemente tendrá.

Cuando recuerdo los sufrimientos y la devastación que vi en Europa durante mi juventud, no puedo evitar el sentimiento de que la humanidad ha cubierto una inmensa distancia, que finalmente nos encontramos en el camino correcto y que nunca volveremos a ver una guerra mundial sobre este planeta. Durante un tercio de siglo todos los niños en Europa han podido ir a dormir, cada noche, sin temor a encontrarse con una guerra a la mañana siguiente.

La sabiduría política alcanzada en Europa a través del tiempo se está extendiendo al resto del mundo. Progresivamente asistiremos a una instauración del diálogo y de la cooperación, en lugar de los conflictos y las confrontaciones del pasado. Algún día las últimas décadas del s. XX se recordarán como uno de los grandes momentos de cambio en la historia humana.

Quedan aún, es verdad, inmensos problemas por resolver, pero hemos superado con éxito uno de los períodos de cambio más colosal y complejo de toda la evolución humana sin matarnos unos a otros a escala masiva. Esto augura un buen futuro para la humanidad y, dado que tengo el privilegio de trabajar para la más apasionante y no bien comprendida Organización de la Tierra, deseo aclarar aquí, sin ambigüedades, mi profunda fe en las Naciones Unidas y atestiguar el progreso humano que representan, a pesar de sus limitaciones, sus fallos y sus errores. Si alguien me hubiera dicho, hace treinta años, que yo vería el grado de cooperación internacional y de convergencia mundial que veo hoy, no lo hubiera creido. Por lo tanto, es justo y adecuado que proclame mi fe en una organización que será considerada algún día por los historiadores como el paradigma del tercer milenio.

Aquí están mis artículos de fe en las Naciones Unidas, después de treinta años de servicio al mundo:

¿Qué son las Naciones Unidas?

- El primer instrumento universal que la humanidad ha tenido.
- La primera oportunidad ofrecida a los gobiernos y las naciones de seguir siendo las unidades políticas y administrativas permanentes del planeta Tierra, siempre que sepan utilizar las N.U. y contribuir a su labor para la satisfacción de todos.
- El lugar donde se están desarrollando los nuevos valores éticos para las naciones y para la raza humana.
La mejor oportunidad de mantener, dentro de ciertos límites, las nuevas formas de poder transnacional y desarrollar códigos de conducta para ellas.
- El lugar de reunión central y permanente de todas las aspiraciones humanas, en el que se moldeará un futuro pacífico, justo, seguro y feliz para la raza humana.
- El templo de la información mundial.
- Un cerebro incipiente para la especie humana, que registra los peligros y las tendencias del globo terrestre, que procede a una revisión constante de las circunstancias y de los fenómenos que se producen, y que lucha  por un mejor conocimiento de los recursos y las limitaciones de nuestro planeta.
- Un sistema nervioso primario de la humanidad, que transmite los mensajes y las informaciones a los gobiernos, a los colectivos locales y a la población.
- La conciencia y el corazón precursores de una humanidad que defiende lo que es bueno y rechaza lo que es malo, que alienta y defiende la comprensión, la cooperación y la ayuda humanitaria, en lugar de la división, la lucha y la indiferencia entre las naciones.
- Un observatorio vuelto hacia el futuro, ya que la mayor parte de los problemas a los que ha de enfrentarse la humanidad, se derivarán de la expansión de su especie y de la transformación total de las condiciones de vida física en nuestro planeta.
-  Un mecanismo internacional listo para ser utilizado en el momento preciso en que la humanidad esté llegando a ser una unidad compleja e interdependiente desde todos los puntos de vista. Esta será su mayor oportunidad histórica de éxito y utilidad para la raza humana.

                   
¿Qué han hecho las Naciones Unidas?

- Han ayudado a la independencia de mil millones de personas con un mínimo derramamiento de sangre, completando así el movimiento histórico comenzado hace doscientos años por la Declaración de Independencia.
- Han ayudado a los países más pobres a participar en el mundo moderno, proporcionando una cobertura de seguridad para los sentimientos explosivos de nuestros hermanos menos afortunados ante las injusticias que prevalecen en el mundo.
-  Han suministrado un lugar para debates y encuentros en el curso de los periodos  más difíciles de la guerra fría.
- Han suministrado, por primera vez en la historia, un código ético para las relaciones entre las instituciones más poderosas de la Tierra, las naciones armadas.
- Han evitado, por el mero hecho de su existencia, más aventuras nacionales, políticas y militares.
-  Han suministrado una válvula de seguridad para los conflictos acalorados, la paralización de los combates y la separación de los beligerantes,  y un terreno para discutir entre ellos.
- Han resuelto siempre los conflictos mucho mejor que todas las vigorosas tentativas unilaterales hechas por otras partes.
- Han sido una fuerza moral para llegar a una madurez política, reducir las tensiones, llevar una mejor comprensión y un buen sentido al mundo, demostrando así que la discusión y la escucha son el principio de la sabiduría y de la paz en las relaciones humanas.
- Han sido una plataforma para la expresión y la defensa de todas las aspiraciones humanas básicas, incluyendo las de libertad, igualdad y fraternidad proclamadas por las revoluciones francesa y americana en los albores de la edad moderna.
               -  Han acrecentado enormemente la aceptación a escala planetaria de la igualdad racial de todos los seres humanos.
- Han advertido a la humanidad sobre sus límites globales y su obligación para con el medio ambiente.
- Han desarrollado progresivamente un sistema funcional de orden mundial que cubre, con su amplio número de agencias especializadas, programas, centros, órganos y unidades en casi todos los campos de la actividad humana.
           


¿Qué deberían hacer las Naciones Unidas?

               - No dejarse desviar nunca por nación alguna o grupo de naciones de su objetivo que es mantener la paz en el mundo.
- Ser utilizadas legalmente de acuerdo a la Carta Institucional, con el compromiso –de parte de todos sus miembros- de conformarse a dicha Carta para la solución de conflictos y para el mantenimiento y el refuerzo de la paz en el mundo.
- Ser reforzadas y perfeccionadas posteriormente en su función de torre de control a escala global, frente a las amenazas y las circunstancias de todo orden.
- Estar dispuestas a desempeñar, en el futuro, la función de oficina central de estadística y de información a escala planetaria.
- No desviarse nunca de su misión de ser el centro para la consideración de todos los problemas de naturaleza mundial y relacionados con la raza humana.
- Ver reforzada su unión con el mundo científico y con la comunidad académica, ya que el futuro de nuestro planeta será modelado, en gran parte, por los nuevos avances de la ciencia, la tecnología y el conocimiento. La creación de la Universidad de la O.N.U. constituye, a este respecto, un gran paso histórico hacia la cooperación mundial y la evolución humana.


                    ¿Qué deberían hacer los gobiernos?

- Respetar, apoyar, reforzar y mejorar constantemente ese primer instrumento planetario de paz, de justicia, de progreso, de diagnóstico, de cooperación, de prospectiva y de gestión que es la Carta de las N.U.; y cumplir fielmente las obligaciones con la Carta, lo cual  traería por sí mismo la paz al mundo.
- Poner en práctica las recomendaciones de la O.N.U., sobre todo poniendo fin a la peligrosa carrera armamentística, fuente de absurdos despilfarros.
               - Dar a conocer a nuestros niños y jóvenes la era planetaria en la que estamos entrando y los medios intergubernamentales que han sido creados para afrontarla.
- Canalizar la impaciencia, el idealismo y la energía de la juventud hacia la construcción de un mundo mejor, sin guerras ni miserias ni odios ni injusticias.
- Unir sus esfuerzos de una forma no practicada nunca aún para explorar, utilizar y preservar mejor los recursos de nuestro planeta.
- Provocar un verdadero cambio en la cooperación mundial  para el interés común a toda la raza humana.
- Informar y educar mejor a las personas sobre el trabajo y los esfuerzos de las N.U. y de sus Agencias Especializadas, colaborando así en la certeza de que algo se está realizando a nivel mundial para resolver los problemas humanos.
- Orientar y apoyar una mejor comprensión entre los parlamentarios para una cooperación a escala mundial, lo cual producirá unas consecuencias y un impacto directo sobre el electorado.
- Desviar la mirada hacia el pasado y orientarla hacia el futuro.
- Planificar el aumento de varios millones de habitantes en el planeta.
               - Extender su mirada y su interés a la totalidad del planeta, a todos los pueblos, a todas las generaciones futuras, en lugar de mirar, defender e incluso a menudo promover los estrechos intereses nacionales, inmediatos y transitorios.



                                ¿Qué deberían hacer los pueblos?

- Tener fe en el futuro y dar una oportunidad a la más noble intención de paz y de cooperación mundial que jamás ha sido emprendida a escala mundial.
               - Demostrar su interés por las Naciones Unidas, por sus actividades para  establecer y  mantener la paz, por sus Agencias Especializadas, por sus órganos, informaciones, estudios, encuentros, recomendaciones, publicaciones, programas y conferencias mundiales.
- Ayudar a la creación de grupos de voluntarios y  de asociaciones de las N.U. para obtener una mejor información sobre los esfuerzos hechos por esa organización y reflexionar acerca de las diferentes soluciones.
- Exigir que se ponga al corriente a los niños sobre los problemas mundiales, los medios y los esfuerzos llevados a cabo entre los diversos gobiernos.
- Exigir de los medios de comunicación más información sobre los problemas mundiales y los esfuerzos tendentes a mantener la paz y la justicia, y a promover un mundo mejor.
- Exigir de sus representantes políticos un mayor interés sobre el desarrollo y la cooperación en el mundo, objetivos que nos conciernen a todos.
- Informarse por sí mismos acerca de los esfuerzos que realizan más de cinco mil organizaciones internacionales no gubernamentales (ONGs), que fomentan la cooperación entre las naciones, la amistad y el interés general en muchos campos profesionales, humanitarios y científicos.
- Actuar y comportarse con un mejor reconocimiento del hecho de que, en un mundo de varios miles de millones de seres humanos, la paz, el progreso, la justicia, el entendimiento y la calidad de vida representan esencialmente la suma total de la paz, el progreso, la justicia, el entendimiento y la calidad de vida de todos y cada uno de los individuos.

                En una entrevista, en septiembre de 1963, un periodista preguntó a U Thant, entonces Secretario General de la O.N.U. : «¿Cuál será el acontecimiento que los periodistas describirán, dentro de cien años, como el más significativo de nuestra época?». U Thant respondió: «La firma de la Carta de las Naciones Unidas en San Francisco el 24 de octubre de 1945».

Después de treinta años al servicio de las N.U. y de observación de la escena mundial, yo estaría dispuesto a suscribir esta declaración.

      

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              SUGERENCIAS PARA UNA ACCIÓN EN FAVOR DE LAS NACIONES UNIDAS



                Para ser efectivas, las Naciones Unidas necesitan el apoyo de una opinión pública responsable e informada. Es mucho lo que pueden hacer las personas en favor de esa Organización. El problema es esencialmente de educación. El público está mal informado y, por tanto, se tiene una imagen deformada e incorrecta de las N.U.

La solución reside en la creación de una opinión pública debidamente formada por la educación y, posteriormente, en la movilización de esa opinión. Se puede comenzar con una autoeducación, para extenderse después a todos los medios educativos. Desde la autoeducación hasta el contacto con los gobiernos, existen múltiples oportunidades para la acción individual a todos los niveles.

He aquí algunas sugerencias para ayudar eficazmente a las Naciones Unidas en su trabajo:
- La creación de una opinión pública responsable e informada comienza por el individuo. Es, pues, necesario  informarse uno mismo acerca de la O.N.U. y de sus actividades, así como sobre los requisitos exigidos para instaurar un nuevo orden mundial. Hay que buscar la actividad emprendida por las N.U. en el campo que a uno más le interesa.

- Las N.U. necesitan dinero para llevar a cabo sus diversas actividades. Podemos cubrir esas necesidades contribuyendo a los fondos especiales que fueron establecidos para recibir ayuda de la gente de todo el  mundo. El panfleto






        

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