martes, 11 de septiembre de 2012

Propuesta de educación de Fe y Alegría (A. Pérez Esclarín)


 












 Fe y Alegría es un Movimiento Internacional de Educación Popular Integral y Promoción Social, cuya acción se dirige fundamentalmente a los sectores empobrecidos y a los excluidos, a fin de potenciar su desarrollo personal y participación social. Nace en Venezuela y se extiende por América Latina y el Caribe, y posteriormente llega a España. Más recientemente ha iniciado su proceso de expansión hacia el África Subsahariana. Hoy son 19 el número de países con organizaciones nacionales de Fe y Alegría y 3 los continentes donde opera el Movimiento.

Propuesta de educación de Fe y Alegría (A. Pérez Esclarín)
Antonio Pérez Esclarín lleva trabajando  durante más de treinta años como educador en Venezuela. Es director del Centro de Formación Pedagógica de Fe y Alegría. Basado en sus años de experiencia, replantea el actual modelo de educación pública que, a su juicio, reproduce la marginación social. El replanteamiento educativo que propugna Pérez Esclarín ha comenzado a tomar forma en la red de escuelas de Fe y Alegría, en 15 países latinoamericanos. En El Salvador, la institución administra 6 escuelas estatales.

Entrevista a A. Pérez Esclarín
¿Cuáles son los ejes en los que se asienta la propuesta de educación de Fe y Alegría en las escuelas públicas que administran?
En esta sociedad del conocimiento, se habla mucho de que la educación es el elemento clave para abatir la pobreza, para lograr un desarrollo sustentable e incluso para lograr ciudadanía y democracia. Todos estamos de acuerdo que la educación es clave para el desarrollo, eso es cierto, pero no cualquier educación

¿En qué se diferenciaría la nueva propuesta de la educación estatal?
 Las escuelas públicas deben de ser las mejores escuelas para que se compensen aquellas deficiencias que tienen los más pobres en su hogar. Éstas deben tener los mejores laboratorios, maestros y bibliotecas. Planteamos la educación como una propuesta ética, política y pedagógica de transformación. Su objetivo principal sería hacer sujetos capaces de desarrollar su vida en dignidad y que puedan incidir en la sociedad.

¿No se cumplen esos objetivos en el sistema de educación pública?
No a cabalidad. Actualmente, las escuelas reproducen la marginación. Los que fracasan en la escuela son los que ya están marcados con alguna deficiencia social y económica. La educación, en lugar de ser un medio para democratizar la sociedad, está siendo un medio para agigantar las diferencias. Los alumnos que tienen carencias de conducta, físicas, económicas son los más necesitados y también los más excluidos. Nos parecería una barbaridad que los hospitales mandaran a casa a a los pacientes más graves; pero eso hacemos en las escuelas, nos quedamos los mejores y dejamos a los más necesitados abandonados al filo de la delincuencia.
Su propuesta requiere de un cambio de actitud de educadores que han sido formados en el sistema tradicional. Sí. Hasta ahora los cambios educativos no pasan de ser verbalizados, con todo ese discurso de las reformas educativas. Los profesores egresan de las universidades sabiendo cómo se tiene que educar, pero al final terminan educando como los educaron a ellos. Reproducen a su profesor. El problema es que ahora los educadores aprenden a repetir, a reproducir conocimientos y no asumen críticamente el ejercicio de la docencia. La educación cambiará el día que los educadores cuestionemos todo lo que hacemos, “¿por qué se aburren lo alumnos?”, “¿en realidad sirven los contenidos que les estoy enseñando?”, “¿por qué salieron mal?”, todas esas preguntas nos las debemos hacer a diario.

¿Cómo han logrado invertir este proceso en el caso de las escuelas que administra Fe y Alegría?
Los profesores deben aprender sobre los problemas de los alumnos: violencia, problemas de lectura, de escritura, etc. Así el programa de materia se convierte en un instrumento para servir mejor a la deficiencia de los alumnos. Con esto los educadores se forman para enseñar, aprender, a comprender y a emprender. Si un alumno me recita de memoria un texto y le pongo un diez estoy premiando su ignorancia, porque solo se aprende de memoria lo que no entiende. Se debe asimilar un conocimiento y devolverlo con sus propias palabras, solo entonces ha habido comprensión. Los profesores deben garantizar que todos los alumnos sepan leer, sepan escribir y sepan pensar. Pero escribir y leer se logra en el área básica de la educación. Pero no como debe ser. Las escuelas enseñan a leer, pero no educan para la lectura. No logramos desarrollar en ellos la pasión por ella y esto un problema de la educación en todo el mundo. La lectura es un diálogo, es construir un significado entre lo que yo sé y el otro me dice. Cuanto más uno sabe hay más capacidad para dialogar con el otro. Por otro lado, hay gente que pasa nueve años en educación básica, dos en bachillerato, cinco de universidad, dos de maestría y nunca ha escrito. Ellos aprendieron a copiar, siempre dicen las cosas que dice otro. No se enseña a producir, sino a reproducir y cuando escribes, no estás expresando lo que piensas… estás accediendo a lo que piensa. La escritura te obliga a la concreción.
Este nuevo modelo implicaría una fuerte inversión estatal que podría no ser viable en un país pobre como el nuestro. El problema es que, frecuentemente, el presupuesto estatal es manejado con inequidad; se aporta más fondos a la educación superior que a la educación básica. Los investigaciones apuntan a que el elemento clave del desarrollo es la inversión en la educación de formación básica. Por ejemplo, de 100 alumnos que ingresan a la escuela en América Latina, solo una tercera parte logra culminar su educación básica, menos de una décima parte de ellos logra terminar su bachillerato.

¿Qué consecuencias tendría esta deserción escolar?
Esto implica una pérdida de dinero, pero la tragedia es que todo el sistema educativo está enfocado hacia una universidad donde muy pocos llegan. Peor aún, todos los que quedan en el camino salen sin las habilidades y competencia ni humanas ni laborales para poder insertarse a la sociedad. Otro problema es que la educación está privatizada.

¿Se refiere a que se cobra en las escuelas públicas?
No es necesario cobrar una mensualidad a cada alumno para privatizar las escuelas. Se pueden privatizar políticamente también. El gobierno no otorga los cargos de acuerdo a capacidad, sino como un premio a la fidelidad política. Los gremios magisteriales también privatizan a la educación cuando lo único que les importa son sus intereses o los de los suyos.
El objetivo último de este modelo alternativo no se limita al ámbito educativo estrictamente. No. En estos días, caminamos en un callejón sin salida. El 11 de septiembre es la prueba de ello y la única solución es educativa. Debemos aprender a convivir con el otro desde las diferencias, porque o nos salvamos todos o no hay salvación. La Educación es un problema serio, es mucho más que enseñar a reproducir la eficiencia técnica de la sociedad. Se trata de reorientar el sentido de la civilización y recuperar el carácter humanizador de la escuela.

¿Entonces cual debería ser el fin de las escuelas?
El proyecto educativo ideal será el que nos oriente a la construcción del país que queremos. No solo se trata de fundar escuelas, sino que se tenga un para qué de la educación. Así el trabajo de la escuela es formar una persona política con vocación de servicio para construir una sociedad donde todos quepamos con la capacidad de utilizar el poder para construir vida. Solo si la semilla de la nueva sociedad está germinada en la escuela podrá dar frutos.


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